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15 »Jerusalén se ha quedado
abandonada, odiada y muy sola,
pero yo haré que llegue a ser
motivo de orgullo y alegría.
16 Las naciones traerán
sus mejores alimentos
y los reyes le entregarán sus regalos.
Así los habitantes de Jerusalén
reconocerán que yo soy
el poderoso Salvador de Israel.

17 »Yo, el Dios de Israel,
haré que gobierne la paz
y que haya justicia.
Les daré oro en vez de bronce,
plata en vez de hierro,
bronce en vez de madera,
y hierro en vez de piedras.

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